lunes, 5 de noviembre de 2012

LA DANZA Y EL PALOTEO DE DUEÑAS (PALENCIA)


Caballero y Caballero (1987) en su Libro de Dueñas nos hablan del importante patrimonio inmaterial de esta localidad del sur de la provincia, a caballo entre los Montes de Torozos y El Cerrato, con las importantes vegas del Carrión en su desembocadura en el Pisuerga camino de Valladolid. La cuadrilla de danzantes brillo con luz propia hasta la década de los años 60, fuertemente vinculada a las Cofradías. Los autores hacen una interesante descripción de la danza (compuesta por ocho lazos, La Toba, La Redecilla, La Echadita, El Pastor, El Tris Tras, El Mejicano y El Adorado) y de los autos teatrales desarrollados por la misma (El David y Goliat y La Entrada del Moro con muchas similitudes con el auto ampudiano). Sabemos que la danza se ofrecía ante el Santísimo el 1 de mayo y el día de Corpus Christi. Por su interés transcribimos la descripción que de las danzas de Dueñas hizo el viajero Richard Ford en su obra A Handbook for travellers in Spain and readers at home (Manual para viajeros por España y lectores en casa) hacia 1830-1833:

"Los bailes, semejantes a nuestras "Morris Dance" de los campesinos de Dueñas son una combinación de la Pyrrhica Satario de los romanos y el Tripodium de los íberos; aquí vimos un domingo una contradanza realizada por ocho hombres con castañuelas en las manos y al son del pífano y el tambor, mientras un maestre de ceremonias, vestido de colores festivos como un pantaleón, dirigía el rústico ballet;...los hombres recogían sus largos rizos con pañuelos rojos y bailaban en camisa, cuyas mangas estaban recogidas con lazos de cintas de colores diversos cruzadas también sobre el pecho y la espalda y mezcladas con escapularios y pequeñas estampas de santos; sus pantalones eran blancos y amplios como las bragas de los valencianos, a semejanza de quienes llevaban también alpargatas, o sea sandalias de cáñamo, atadas con cintas azules; las evoluciones de la danza eran muy complejas, y consistían en muchas vueltas, revueltas y saltos, e iban acompañadas de altos gritos de viva, a cada cambio de figura".

Minuciosa y llena de matices la descripción de las danzas eldanenses a mediados del siglo XIX. Poco habían cambiado un siglo después, en 1951, cuando se recogen las fotografías que acompañan este texto, en la conmemoración del V centenario del nacimiento de Isabel la Católica, figura vinculada a esta villa palentina (imágenes cedidas por Amigos del Patrimonio de Dueñas). 

Esperemos que el rico patrimonio etnomusical de Dueñas no acabe perdiendo todos los elementos que le son propios.